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El Máster Espacios Naturales Protegidos culmina con el diseño de diez propuestas para reforzar la conservación de la biodiversidad en Latinoamérica

La Fundación BBVA colabora con este máster desde el año 2002 mediante un programa de becas orientado a titulados universitarios latinoamericanos, que incluye el desarrollo de un proyecto de investigación y la realización de prácticas en organizaciones relacionadas con la gestión de espacios naturales protegidos. Su objetivo último es que los becarios puedan aplicar esta formación en sus países de origen.

12 diciembre, 2017

El 11 de diciembre se presentaron en el Palacio del Marqués de Salamanca, sede de la Fundación BBVA en Madrid, los trabajos finales del Máster Espacios Naturales Protegidos, que convocan conjuntamente la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad de Alcalá (UAH), en colaboración con la Fundación Fernando González Bernáldez, que actúa como entidad organizadora. Cuenta además con el respaldo de EUROPARC-España, federación a la que está asociada la práctica totalidad de los espacios protegidos españoles y que constituye el principal foro profesional en este campo.

La Fundación BBVA colabora con este máster desde el año 2002 mediante un programa de becas orientado a titulados universitarios latinoamericanos, que incluye el desarrollo de un proyecto de investigación y la realización de prácticas en organizaciones relacionadas con la gestión de espacios naturales protegidos.

El máster ofrece a los alumnos una formación universitaria altamente cualificada, que aspira a cubrir tanto el conocimiento de los sistemas naturales como las técnicas de gestión y los modos de intervención en el entorno socioeconómico. Su objetivo último es que los becarios puedan aplicar esta formación en sus países de origen.

Diez son los estudiantes elegidos en cada edición de entre un número de solicitudes que aumenta cada año, llegadas de todos los países latinoamericanos. En esta ocasión, los becarios han sido Ana María Aguirre (Bolivia), Daysy Ángeles Barrantes (Perú), Jorge Enrique Arreola (México), Edna Rocío Castañeda (Colombia), Marisela Katalina Gallardo (Ecuador), Tomás Paulo González (Chile), Victoria Eugenia Guáqueta (Colombia), Mayra Elena Mendoza (México), Floro Ortiz Contreras (Perú) y Dani Eduardo Vargas (Perú).

El acto estuvo presidido por Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA, y Santos Casado, coordinador del Máster en Espacios Naturales Protegidos, del Departamento Interuniversitario de Ecología (UAM-UCM-UAH), y contó con la presencia de Vicente Gutiérrez, subdirector de la Fundación, Sara Bertrand, directora del Departamento del Premios, Becas y Proyectos Generales de la Fundación, y María Muñoz, del Departamento Interuniversitario de Ecología (UAM-UCM-UAH).

“Creemos en todo lo que hacemos, pero los focos de cambio climático y ecología y biología de la conservación tienen la prioridad número uno para la Fundación, son casi el núcleo de nuestra actividad”, explicó Rafael Pardo. “Cuando se constituyó formalmente la Fundación, hace casi dos décadas, arrancamos precisamente con ecología y biología de la conservación. Ya entonces estábamos convencidos de que era uno de los retos esenciales de nuestra época”.

Santos Casado enfatizó que “un programa tan potente como este programa de becas, que hace tiempo viene apoyando la Fundación BBVA, es una riqueza y una fortaleza absoluta del máster” y que “el punto fuerte a la hora de valorar el grupo de estudiantes es la diversidad de nacionalidades, formaciones, experiencias y puntos de vista que convergen en él; esta diversidad se multiplica por un factor muy alto gracias a las becas”.

Integrar esfuerzos y cambiar paradigmas, claves de la conservación del futuro

Los estudiantes expusieron propuestas para abordar problemáticas muy diversas: nuevos modelos de gestión de parques nacionales, estrategias de turismo sostenible para las Reservas de la Biosfera españolas, proyectos de restauración ambiental para ríos urbanos, estudio del potencial de la figura de tenencia colectiva de la tierra para la conservación de la biodiversidad, estudios de capacidad de carga para el uso turístico de espacios protegidos en Gran Canaria, proyectos de desarrollo territorial para la comunas chilenas, exploración de nuevos modelos de intervención en los Andes y la Amazonia, nuevas interpretaciones para optimizar la visita a áreas protegidas, así como propuestas de emprendimiento ecoturístico y de creación de nuevas reservas de la biosfera.

Durante sus prácticas, han tenido oportunidad de colaborar con ONGs conservacionistas, el Organismo de Parques Nacionales de España, el Instituto de Investigación de Culturas Indígenas, el Parque Nacional de Garajonay (Islas Canarias), las Reservas de la Biosfera de la Isla de Fuerteventura y la Isla de la Palma (Islas Canarias) y la Alhambra (Granada). De esta interacción, se ha generado un ‘cruce de experiencias’ entre España y Latinoamérica y entre países latinoamericanos que ha enriquecido los trabajos finales.

Varios de ellos incidieron en la necesidad de realizar un cambio de paradigma que empiece a valorar los conocimientos locales de las comunidades campesinas y los pueblos indígenas. En el coloquio final, Floro Ortiz y Dani Vargas, procedentes ellos mismos de las comunidades quechua y aymara, respectivamente, coincidieron en afirmar que “son los indígenas los que preservan”, y que “el profesional indígena ve como parte de su vida la conservación del espacio natural”.

Daysy Barrantes propuso, además, facilitar que estos proyectos se puedan llevar a la práctica impulsando su difusión y la generación de alianzas de colaboración “a nivel empresarial, de ONGs, de organizaciones sociales e incluso gobiernos”, con el objetivo de integrar los esfuerzos aislados ya no solo dentro de sus propios países, sino en toda la región latinoamericana.

Como respuesta, el director de la Fundación BBVA estuvo de acuerdo en que el conocimiento científico debe integrarse con el local, al no ser antagónicos, y que los profesionales procedentes de las comunidades rurales podrían ser el mejor puente entre ambos.

También destacó que los agentes más poderosos de cambio son las personas que tienen ideas, valores y compromiso, “de las que hoy tenemos aquí una muestra representativa”, y explicó que uno de los objetivos de la Fundación será difundir e impulsar una red que incluya tanto a los becarios como a académicos, expertos consolidados y colaboradores, que tendrá su representación digital en el nuevo espacio Biophilia.