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Los Premios Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad reivindican la necesidad de impulsar políticas globales “sostenidas y eficaces” contra el cambio climático

La pérdida de biodiversidad y el cambio climático alteran ya gravemente el equilibrio de la vida en el planeta. Buscar soluciones a estos grandes retos exige una visión realista, y políticas globales que estén en sintonía con el consenso científico y con lo que ya reclama la mayoría de la sociedad. Este mensaje ha emergido con fuerza en la ceremonia de la XI edición de los Premios Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad, celebrada esta tarde en la sede de la Fundación BBVA en Madrid.

24 noviembre, 2016

En la gala –a la que ha asistido la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, y ha congregado a los principales agentes de la protección del medio ambiente en España–  se ha resaltado el valor de actuaciones como las galardonadas, que demuestran que es posible encontrar soluciones para los grandes retos ecológicos a los que se enfrenta la humanidad. “Además del valor directo de sus actuaciones, los protagonistas de esta velada nos ofrecen un modelo esperanzador a ser emulado”, ha asegurado Francisco González, presidente de la Fundación BBVA. “La situación actual reviste una gravedad tal que exige alertar a la sociedad y urgir a su abordaje sostenido y eficaz por los decisores públicos y privados”, ha añadido González.

“La mayoría de la población reconoce que la conservación de la biodiversidad y el cambio climático son problemas prioritarios”, ha explicado el presidente de la Fundación BBVA. Los galardonados son “un ejemplo de cómo un análisis de la realidad libre de prejuicios puede conducir a la acción, y la acción, a las soluciones”, ha declarado González.

Los ‘guardianes’ de la naturaleza

Los premios Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad quieren estimular el conocimiento, la acción y la sensibilización en la ecología y la biología de la conservación, y por ello reconocen a personas e instituciones que trasladan el saber científico a la acción informada sobre el terreno, o a la opinión pública, por medio de la difusión y la sensibilización. Su dotación es de 580.000 euros, distribuidos en tres categorías: dos de ellas reconocen acciones de conservación en España y en Latinoamérica, y una se dedica a la comunicación. Un jurado compuesto por científicos, comunicadores y ONGs evalúa las candidaturas y dictamina con plena independencia.

Las actuaciones ganadoras este año en España y América Latina son, respectivamente, el Grupo para la Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), que está contribuyendo a recuperar en España y en Europa el buitre negro y otras especies amenazadas; y Conservation Land Trust (CLT), la ONG fundada por los filántropos Douglas y Kristine Tompkins, que ha convertido en áreas protegidas ocho regiones que suman más de un millón de hectáreas de alta biodiversidad en Argentina y Chile.

En la categoría de Difusión y Sensibilización se ha reconocido al paisajista sonoro Carlos de Hita, que desde hace décadas transmite la belleza y la fragilidad de la naturaleza llevando sus sonidos -desde el canto de las aves al estruendo de una marea de chapapote- a medios de comunicación de gran impacto, exposiciones, documentales y películas.

Un corredor hacia Europa para el buitre negro

GREFA recibe el premio “por sus proyectos de alto impacto para la conservación de especies, fundamentalmente aves”, afirma el acta del jurado. Desde su fundación en 1981 GREFA ha atendido a casi 70.000 animales salvajes, lo que convierte su Hospital de Fauna Salvaje en el mayor de Europa en su especialidad. Además, muchos de sus pacientes, una vez sanos, nutren los programas de recuperación de especies amenazadas de GREFA, que incluyen cría en cautividad, reintroducción o reforzamiento de poblaciones silvestres, seguimiento constante de los individuos reintroducidos y vigilancia de nidos.

El programa de recuperación del buitre negro de GREFA es de los más avanzados. El primer censo de esta especie realizado en España, a principios de los años setenta, registró 190 parejas en 15 núcleos; en la actualidad hay más de 2.000 parejas en una treintena de colonias, un logro al que GREFA ha contribuido recuperando poblaciones en áreas estratégicas. En 2007 comenzó la recuperación de colonias de buitre negro en el Pirineo -en la Reserva Nacional de Boumort-, donde la especie llevaba más de un siglo extinta; hoy ese proyecto es “un éxito total”, asegura el presidente de GREFA, Ernesto Álvarez. “Contamos con una población pirenaica de más de diez parejas reproductoras, que en 2016 han criado seis pollos”, explica.

El año pasado comenzó el proyecto de formación de una nueva colonia de buitre negro en la Sierra de la Demanda, en Burgos, de donde esta gran ave carroñera había desaparecido hace al menos 60 años. El objetivo último es ambicioso: conectar las poblaciones españolas con las que han empezado a recuperarse en Europa, lo que fortalecerá la especie.


Pioneros de la filantropía ambiental

CLT ha sido reconocida “por su gran contribución a la conservación de la biodiversidad en Chile y Argentina”. A principios de los noventa, Kris y Douglas Tompkins eran directivos de grandes compañías -él había fundado The North Face y Esprit, ella era un alto cargo de Patagonia-, pero decidieron cambiar de vida y dedicar su fortuna a preservar la biodiversidad. Su organización actúa adquiriendo amplias extensiones de naturaleza de alta biodiversidad en Chile y Argentina, para cederlas a los estados a condición de que las protejan a perpetuidad. Es la mayor iniciativa privada de conservación de tierras a escala  mundial para proteger biodiversidad, y comprende regiones de selva atlántica, humedales, pastizales, bosque lluvioso templado, estepa y bosques endémicos en la Patagonia.

Tompkins falleció en diciembre de 2015 por hipotermia tras un accidente con un kayak en el sur de Chile. Pero el trabajo sigue adelante, liderado por su viuda. El último logro de CLT, fruto de una labor de dos décadas, es el Parque Nacional de Iberá, cuya creación anunció hace solo un mes Argentina. Iberá se suma así a las demás áreas protegidas cuya creación o ampliación ha sido posible gracias al trabajo de los Tompkins el último cuarto de siglo: los parques nacionales Monte León, Patagonia-Argentina y El Impenetrable, en Argentina; y Corcovado y Yendagaia en Chile, además de los parques provinciales El Piñalito, en Argentina, y El Cañí, en Chile, así como la importante expansión del Parque Nacional Perito Moreno, en Argentina.

CLT no solo adquiere esos espacios, sino que los restaura recuperando flora y fauna, una labor que incluye reintroducir o fortalecer poblaciones de especies como el puma, el cóndor andino o el oso hormiguero gigante. También se fomenta el uso sostenible del ecosistema por parte de la población local.

“La conservación de la biodiversidad ha sido el centro de nuestro trabajo desde que dejamos el mundo de los negocios. Mi marido siempre consideró que la crisis de la biodiversidad es la ‘madre’ de todas las crisis actuales”, ha dicho Tompkins, quien destaca la “triste realidad” de que “solo un 3% de los fondos filantrópicos globales son invertidos hoy en medio ambiente”.

El ‘paisajista sonoro’ de la naturaleza

Carlos de Hita es galardonado “por su pionera e innovadora trayectoria en la grabación y difusión de una amplia gama de sonidos de la naturaleza”, señala el jurado.  Su “pasión y dedicación para revelar al público la dimensión sonora del medio natural le han convertido en un referente a escala internacional”.

De Hita es sonidista, aunque él también se define como “paisajista sonoro” e incluso “cuentista”. A lo largo de casi tres décadas ha recopilado las voces de la fauna española, africana, asiática y amazónica, así como los sonidos de actividades tradicionales y de multitud de paisajes de naturaleza. La realidad que ha capturado no siempre es agradable: en su archivo está el derrame de chapapote en la costa gallega o el infierno de los incendios forestales -con “los gemidos angustiosos de los pinos, que parece que chillan al prenderse la resina bajo la corteza”, dijo entonces De Hita en su relato-.

Gran parte de este acervo sonoro ha llegado al gran público a través de medios de comunicación de gran audiencia, o formando parte de exposiciones -en museos, galerías de arte, centros de interpretación, iglesias de piedra- y de películas. De Hita ha participado en unos doscientos documentales y en seis largometrajes cinematográficos con productoras nacionales e internacionales, y ha publicado colecciones de discos, apps y guías sonoras de identificación. Él, no obstante, asegura que su actividad laboral es ante todo “una excusa para poder estar en el campo”. Lo mejor de su trabajo, dice, “es que para hacerlo tienes que estar en la naturaleza”.