XIV EDICIÓN DE LOS PREMIOS A LA CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD

Instituto Jane Goodall, Premio Mundial Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad

El Premio Mundial Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad se ha otorgado al Instituto Jane Goodall “por su dilatada trayectoria y gran impacto global en la conservación de la biodiversidad, en particular los chimpancés y sus ecosistemas en Tanzania, con un enfoque pionero, involucrando a las comunidades locales”.

2 octubre, 2019

En 1960, a la edad de 26 años, Jane Goodall se adentró en los bosques de Gombe (Tanzania) e inició sus pioneras investigaciones sobre el comportamiento de los chimpancés, bajo la supervisión del célebre antropólogo y paleontólogo británico Louis Leakey. Sus observaciones revelaron por primera vez que estos primates son capaces de fabricar y utilizar herramientas, un hallazgo revolucionario que desdibujó la frontera que tradicionalmente distinguía al ser humano de todas las demás especies animales. Goodall, además, comprobó que los chimpancés son individuos con personalidad propia, capaces de mostrar una amplia gama de emociones y sentir fuertes vínculos sociales en sus manadas que perduran en el tiempo.

Pero la doctora Goodall no sólo descubrió las asombrosas capacidades cognitivas y afectivas de los chimpancés. También comprobó la situación crítica en la que se encontraban estos primates, como consecuencia de la deforestación, la sobreexplotación del suelo y la caza, y llegó a la conclusión de que los chimpancés se extinguirían en poco tiempo si no se tomaban medidas para frenar el deterioro de su hábitat.

Al mismo tiempo, Goodall siempre tuvo claro que los chimpancés sólo sobrevivirían si se mejoraban las condiciones de vida de los seres humanos que habitaban este mismo territorio africano. “No puedes pedir a las personas que protejan a los chimpancés”, ha explicado la primatóloga tras conocer la concesión del premio, “cuando están luchando todos los días para proporcionar las necesidades más básicas a sus familias”. Por ello, el programa de conservación que ha impulsado el instituto que lleva su nombre siempre se ha basado en apoyar a las comunidades locales, ofrecerles recursos económicos, sanitarios y educativos, e involucrarlas plenamente en el desarrollo de sus proyectos a través de programas de formación medioambiental.

“Es fundamental involucrar a las comunidades locales en la conservación, para que ellos entiendan que su propio futuro depende de que se impliquen en esta tarea. Hemos logrado este objetivo en hasta 100 pueblos de la región, con programas de formación que han convertido a muchos jóvenes en guardabosques que luchan por la conservación de los chimpancés y ahora, están muy orgullosos de su trabajo”, explica la primatóloga.

Tres décadas de trabajo

A lo largo de tres décadas de trabajo, desde 1994, el Instituto Jane Goodall ha conservado más de medio millón de hectáreas en los bosques donde viven los chimpancés de Tanzania mediante la creación de nuevas áreas protegidas que cubren el 42% de su hábitat en el país africano. Gracias a su trabajo, el declive de la población de estos primates se ha estabilizado en el Parque Nacional de Gombe, alcanzando una media de 96 individuos entre 1994 y 2016. El éxito del proyecto lo demuestra el hecho de que su modelo de conservación “community-centred” –es decir, basado siempre en el apoyo a las comunidades locales y su formación medioambiental–  se ha replicado para preservar la biodiversidad en otros cuatro países africanos (República del Congo, República Democrática del Congo, Senegal y Uganda).

La llamada “sexta gran extinción” le sigue preocupando mucho a Goodall, quien se lamenta de que “nos hemos separado de la naturaleza, aunque formamos parte de ella y dependemos totalmente de los ecosistemas para nuestra supervivencia”. La primatóloga considera que la gran paradoja de nuestra especie es que podamos provocar nuestra propia autodestrucción: “¿Cómo es posible que la criatura más inteligente del planeta esté destruyendo su único hogar?” Sin embargo, a pesar del hecho “incomprensible” que para Goodall supone el resurgimiento de líderes políticos que cuestionan el deterioro del ambiente y la importancia de protegerlo,  las manifestaciones masivas de jóvenes que han empezado a protestar en las principales ciudades del mundo en defensa de la Tierra “son la gran esperanza para el futuro”.

“Estoy realmente honrada y emocionada con este reconocimiento a la extraordinaria labor de todas las personas que forman parte de nuestro proyecto en 34 países”, decía ayer Goodall sobre el galardón, “y estoy segura de que dará un nuevo impulso para continuar nuestro trabajo, incluyendo el magnífico papel que está haciendo el equipo español del Instituto Jane Goodall en nuestro proyecto en Senegal”.