Quebrantahuesos-12

Premio Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad

El renacimiento del quebrantahuesos: así se salva a un ave amenazada por la extinción

Pablo Jáuregui (Pastriz, Zaragoza)

En el Centro de Cría en Aislamiento Humano de Quebrantahuesos (CRIAH), los diminutos polluelos de esta especie amenazada son alimentados con una marioneta que simula los cuidados de una madre en la naturaleza. Las crías nunca entran en contacto directo con sus rescatadores, para que puedan desarrollarse en condiciones que se asemejen todo lo posible a las de un nido real. Gracias a los especialistas de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) que trabajan en este centro situado en Pastriz (Zaragoza), 26 ejemplares criados en cautividad ya han sido liberados en el Parque Nacional de Picos de Europa, donde esta especie se había extinguido hace más de medio siglo. En reconocimiento a su labor, la FCQ ha recibido el último Premio Fundación para la Conservación de la Biodiversidad en la categoría de Actuaciones en España.

21 abril, 2021

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El rescate del quebrantahuesos

“El objetivo de nuestro trabajo es que los animales sean capaces de vivir en libertad por sus propios medios, una vez que les reintroducimos en la naturaleza”, explica Gerardo Báguena, presidente de la FCQ, durante una visita guiada a las instalaciones del CRIAH. “Por eso en el centro de cría les aislamos del contacto humano y simulamos las condiciones de confort, protección y alimentación que las crías tendrían en un nido natural, para que su desarrollo sea pleno”.

El quebrantahuesos ha sido una víctima colateral de la persecución del lobo, como consecuencia del uso masivo de veneno en el campo. En la segunda mitad del siglo XX, se extinguió en la mayoría de las cadenas montañosas europeas, resistiendo únicamente en los Pirineos, y esta dramática situación fue lo que motivó la creación de la FCQ en 1995.

“Nos ha costado décadas de trabajo, pero ahora realmente podemos decir que estamos logrando el retorno de una especie amenazada por la extinción. Los polluelos que nazcan aquí van a repoblar no solo Picos de Europa, sino también la España central, Gredos y Teruel, en los próximos años”.

El rescate de huevos con alto riesgo de fracaso

Los ejemplares que se crían en cautividad provienen de huevos rescatados de nidos del Pirineo aragonés que tienen un alto riesgo de fracaso, por ejemplo debido a una caída. “Son huevos que serían inviables si no los rescatáramos, y así recuperamos animales que de otra manera hubieran muerto”, señala Báguena.

Los especialistas de la FCQ también intervienen cuando una hembra pone dos huevos, porque saben que solo sobreviviría una de las crías. “Esto se debe a un duro proceso de selección que se conoce como cainismo, en el que uno de los pollos mata al otro ante la inacción de los padres”, explica. Sin embargo, si se les cría por separado en cautividad, los hermanos no muestran ninguna agresividad cuando son adultos y así se puede evitar la muerte de un ejemplar.

Los huevos son rescatados en diciembre y enero en arriesgadas operaciones de escalada en el Pirineo por el Grupo de Intervención en Altura (GIA) de los Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) del Gobierno de Aragón, en colaboración con especialistas de la FCQ. Desde allí son trasladados a las incubadoras del CRIAH, donde se replican las condiciones de las que disfrutarían los embriones bajo la protección de sus progenitores en un nido natural.

“Cuando empezamos el proyecto, no sabíamos cómo se incubaba un huevo de quebrantahuesos”, reconoce Juan Manuel Blanco, veterinario del CRIAH. Pero gracias a la colocación de unos sensores telemáticos en forma de huevo que se introducían en los nidos reales,  los especialistas de la FCQ lograron averiguar la temperatura ideal, el número de rotaciones y otros aspectos de la incubación en la naturaleza. “Este trabajo de investigación es lo que nos ha permitido lograr una tasa de éxito del 99% en la eclosión de huevos en nuestras incubadoras”, explica Blanco.

Una técnica importada desde EEUU y Argentina

Una vez que nace un polluelo, los especialistas del CRIAH aplican la llamada técnica de impronta natural, que toma como referencia el mismo modelo que se utilizó previamente para la conservación otras aves amenazadas, como el cóndor de California en EEUU y el cóndor andino en Argentina. “En los años 90 viajamos a Argentina para aprender esta técnica, que se basa en replicar las condiciones de habitabilidad de la especie en la naturaleza y utilizar señuelos para simular la crianza sin contacto directo con el ser humano”, recuerda Báguena.

Con estas impresionantes marionetas, elaboradas por artesanos de Tarazona, las crías reciben no solo alimento, sino también calor y afecto, de sus padres adoptivos humanos, siempre ocultos tras este disfraz concebido para que los animales puedan desarrollarse como si estuvieran en la naturaleza y sean capaces de sobrevivir al ser liberados.

“Hoy podemos interpretar lo que dice un polluelo cuando abre el pico y se expresa. Sabemos si tiene frío o calor, si tiene hambre o quiere cariño y compañía”, asegura Báguena, antes de colocarse una de las marionetas y dar de comer a un polluelo en uno de los nidos artificiales del centro.

Remontar el vuelo en libertad

Esta primera fase de crianza en las instalaciones del CRIAH dura 25 días, y posteriormente los ejemplares son trasladados al Parque Nacional de Ordesa (Huesca), donde todavía pasarán tres meses en cautividad antes de su suelta. “Allí entran en contacto con otros ejemplares de su especie”, explica Báguena, “y aprenden a relacionarse con sus iguales, descubren la estructura social y la jerarquía, y así pueden saber quién es quién en el espacio que ocuparán en las montañas. Les enseñamos  a saber quiénes son, quién manda y quién no”.

Finalmente, se les traslada al Parque Nacional de Picos de Europa, donde pasan un último periodo en cautividad de 30 días antes de ser liberados. “Es realmente impagable”, afirma Báguena, “saber que has sido capaz de devolver una especie a un Parque Nacional donde se había extinguido”.

El ser humano acorraló a esta hermosa ave, poniéndola contra las cuerdas, pero el empeño de algunos miembros de nuestra propia especie finalmente ha permitido que el quebrantahuesos remonte el vuelo en libertad.