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Ceremonia de entrega de los galardones ambientales de la Fundación BBVA

La XX edición de los Premios a la Conservación de la Biodiversidad de la Fundación BBVA celebra y reafirma el compromiso activo de múltiples actores con la preservación de la vida en el planeta

La ceremonia de los XX Premios Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad ha celebrado el compromiso de una “amplia y diversa red de actores, que componen una comunidad global comprometida con la preservación de todas las formas vida en el planeta”. Así lo ha expresado el director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, durante una gala en la que se ha reconocido la exitosa reintroducción en España del ibis eremita, un ave que se había extinguido en la península ibérica, gracias a un innovador programa de cría en cautividad en Cádiz; la protección de las aves playeras migratorias de toda la costa del Pacífico latinoamericano, mediante una red internacional de colaboración entre 11 países, desde México a Chile; la conservación de las dos principales especies de elefantes que se encuentran en peligro de extinción en África; y las trayectorias excepcionales de cuatro pioneros de la comunicación ambiental: el educador José Ramón González Pan y la periodista radiofónica Josefina Maestre, en la modalidad de formatos audiovisuales; y la escritora Mónica Fernández-Aceytuno y el corresponsal ambiental de El Mundo, Carlos Fresneda, en el resto de formatos.

21 noviembre, 2025

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Ceremonia de entrega XX Premios a la Conservación de la Biodiversidad

Convocatoria

XX Premios a la Conservación de la Biodiversidad

“Con la ceremonia de la XX edición de los Premios a la Conservación de la Biodiversidad de la Fundación BBVA celebramos y prolongamos una dilatada trayectoria de conservación de la naturaleza desde el conocimiento científico, los programas aplicados y desde la comunicación y la sensibilización medioambiental”, ha resaltado Rafael Pardo. “Dos décadas en las que hemos apoyado y reconocido ininterrumpidamente a la comunidad científica en las áreas de la ecología y biología de la conservación, a asociaciones muy diversas que desarrollan programas eficaces de conservación de hábitats y especies, agencias e instituciones públicas y periodistas y comunicadores medioambientales”.

Coincidiendo con la celebración de este vigésimo aniversario, el director de la Fundación BBVA ha anunciado la creación de dos nuevas categorías para la próxima edición de estos premios: una dedicada a la conservación de la biodiversidad en África y otra a la difusión y sensibilización ambiental a escala mundial. Adicionalmente, el Premio Biophilia, dedicado al abordaje de la problemática ambiental desde las ciencias sociales y las humanidades pasa a integrarse en esta familia, que tras estos cambios incluirán las siguientes categorías: actuaciones en España; actuaciones en Latinoamérica; actuaciones en África; premio a actuaciones a escala global; educación, comunicación y sensibilización medioambiental en España; educación, comunicación y sensibilización medioambiental en el mundo; contribuciones desde las humanidades y las ciencias sociales al análisis de la naturaleza y su relación con la sociedad. Esta familia de galardones se completa con el Premio Fronteras del Conocimiento en Cambio Climático y Ciencias del Medio Ambiente.

Pese al “actual contexto internacional que parece quebrar décadas de compromiso público y privado con el logro de un nuevo equilibrio entre desarrollo humano y preservación de la naturaleza, con fenómenos como el negacionismo o la minusvaloración de la crisis medioambiental, la reducción e incluso el desmantelamiento de agencias, políticas y financiación de programas de preservación de la naturaleza, así como criticas culturales a la ciencia y los valores del medio ambiente”,  el director de la Fundación BBVA ha defendido que “hay más motivos para la esperanza que para el desánimo” porque en muchos países, incluyendo España, existe “una amplia y estructurada conciencia medioambiental en la población, difícil de erosionar por campañas interesadas y enfoques meramente ideológicos“, así como  “políticas públicas robustas, instituciones y agencias especializadas en la gestión de diversas facetas y áreas del medio ambiente, empresas líder en sus sectores para las que la sostenibilidad es parte de su operativa e identidad, investigación científica y tecnológica avanzada, un amplio tejido de organizaciones conservacionistas de tamaños diversos, estableciendo alianzas transnacionales entre ellas y, no menos importante, medios de comunicación y profesionales de referencia que trasladan a la opinión pública la mejor ciencia y las cuestiones relevantes del medio ambiente en cada momento”.

“Hay que exigir a las élites, en todas las geografías, que eleven significativamente los estándares de ética pública y mejoren la arquitectura normativa e institucional del estado de derecho del siglo XXI, que además de sustentar la división de poderes, el pluralismo y la convivencia dialogada, los derechos y libertades y la ampliación del bienestar, incluya el respeto de la naturaleza y la vida en todas sus manifestaciones, valores y objetivos todos ellos ampliamente compartidos por la ciudadanía”, ha concluido Rafael Pardo.

Premio a la Conservación en España: Proyecto Eremita

El regreso a la península ibérica de una de las aves más amenazadas del mundo

En los últimos 50 años, la población mundial del ibis eremita (un ave de color negro, pico largo curvado y un característico cráneo) ha sufrido un declive del 90%, debido a la persecución directa, los pesticidas y los cambios en el uso del suelo, convirtiendo pastizales en campos de cultivo. De ser un ave común en las cuencas del Danubio o el Ródano y criar en paisajes rocosos de Alemania, España, Italia o Suiza, así como de Turquía o Siria, el ibis eremita desapareció del medio natural, con la excepción de un último reducto en Marruecos. Pero el Proyecto Eremita promovido por el Centro de Conservación de la Biodiversidad Zoobotánico de Jerez (ZBJ) Alberto Durán —una institución pública dependiente del Ayuntamiento de Jerez— ha logrado reintroducir la especie en la comarca de La Janda, en Cádiz, estableciendo una población silvestre compuesta por más de 250 ejemplares en libertad distribuidos en cuatro colonias de cría.

En 1999, un grupo de expertos europeos dio la voz de alarma del peligro inminente de extinción al que se enfrentaba el ibis y el Zoobotánico de Jerez se sumó a un programa internacional de cría en cautividad para intentar reintroducir a la especie en la península ibérica. En 2008 se logró el hito sin precedentes de la primera reproducción en la naturaleza de aves nacidas en cautividad y, desde entonces, “la población ha ido creciendo y estamos consiguiendo entre 30 y 35 pollos al año, por lo que somos muy optimistas de que la población finalmente llegará a ser autosuficiente”, ha afirmado Mariano Cuadrado, biólogo conservador y veterinario del ZBJ, durante la ceremonia.

El número de parejas reproductoras y de pollos nacidos en libertad se incrementa cada año, y en 2024 se registraron 32 nidos distribuidos en 3 colonias que dieron lugar a 64 nacimientos. Es más, a este objetivo se han sumado otros proyectos, como la reintroducción de la especie en el Ampurdán, en Cataluña, o la conexión de la población gaditana con otra austríaca a través de la migración de aves nacidas en cautividad y guiadas por aviones ultraligeros.

“El Proyecto Eremita demuestra que la colaboración entre entidades, el trabajo profesional y la perseverancia pueden revertir situaciones de crisis”, ha destacado Cuadrado. “Asimismo, nos enseña que la protección de la naturaleza no es una utopía. La cuenca mediterránea es uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta y estamos obligados a conservarlo. La supervivencia del planeta y de nosotros mismos como especie depende de esto”.

Premio a la Conservación en Latinoamérica: Proyecto de las Aves Playeras Migratorias

Asegurar “un planeta donde todas las formas de vida puedan moverse, prosperar y convivir”

En 2011, la Asociación Calidris comenzó a monitorizar las aves que atravesaban las playas colombianas durante su migración. Enseguida comenzó a interactuar con iniciativas similares de otros países hasta formar el Proyecto de las Aves Playeras Migratorias, que hoy aúna a organizaciones de los once países con costa en el Pacífico latinoamericano, desde México hasta Chile, además de Estados Unidos y Canadá. “Estas aves recorren todo el continente en su ciclo de vida, se reproducen en zonas árticas, en el continente americano y se mueven hacia zonas tropicales y subtropicales en los momentos de invierno. Pero además estos movimientos tan impresionantes lo que hacen es transportar biomasa y energía entre ecosistemas. Son unos grandes aliados de manglares y marismas, que son tan importantes para las sociedades y las comunidades en Latinoamérica”, ha resaltado Diana Lucía Eusse, investigadora asociada de la Asociación Calidris y coordinadora del Proyecto de Aves Playeras Migratorias, durante la ceremonia.

Los conteos de aves revelaron qué actividades humanas podían amenazar su subsistencia, y la red ha pasado además a involucrarse directamente en su conservación. En el proceso, han comprobado que es clave integrar el mejor conocimiento científico con la participación directa de la población local. “Por mucho tiempo, los temas de conservación se adjudicaron solamente a la gente que estaba formada para conservación, pero en Latinoamérica, con las complejidades sociales, políticas y económicas que tenemos, las soluciones tienen que ser mucho más amplias”, ha apuntado Luis Fernando Castillo, director de la Asociación Calidris. Algunos países trabajan con productores locales para favorecer la presencia de aves en las piscinas de sal y de camarones; otros se han aliado con los gobiernos e incluso con inmobiliarias para crear zonas de exclusión en las propias playas.

“Las aves migratorias nos recuerdan que la movilidad es parte esencial de la vida, y que proteger sus rutas también es cuidar las rutas de la dignidad humana”, ha afirmado Castillo. “Detrás de cada vuelo, de cada desplazamiento, hay una historia de búsqueda, esperanza y resiliencia. Las aves playeras seguirán migrando, surcando los cielos y cruzando continentes. Que este premio —ha concluido— nos recuerde que su vuelo y el nuestro están entrelazados, y que aún estamos a tiempo de asegurar un planeta donde todas las formas de vida puedan moverse, prosperar y convivir”.

Premio Mundial de Conservación: Elephant Crisis Fund

Los elefantes, pieza clave de sus ecosistemas que “necesitan voz en el desarrollo de África”

“Estamos viviendo la sexta extinción masiva. La vida en nuestro planeta no ha sufrido tal devastación desde el impacto del meteorito que mató a los dinosaurios. Puede parecer estremecedor, o incluso paralizante. Pero hay esperanza”, ha sentenciado Frank Pope, CEO de Save the Elephants, al recoger su galardón.

En 2013, veinte años después de su creación, esta organización estableció el Elephant Crisis Fund para financiar pequeños proyectos de conservación promovidos por las comunidades locales de 34 países africanos, proyectos que, en ocasiones, sirven para atraer una financiación mucho mayor. El Fondo se diseñó inicialmente para abordar la crisis del marfil, consiguiendo hitos como el restablecimiento de la población de elefantes en el Parque Nacional de Zakouma, en Chad. En 2011, allí solo nació una cría, pero gracias a un proyecto financiado por Save the Elephants, apenas siete años más tarde se obtuvieron 127 nacimientos. “Este es el resultado de la esperanza guiada por la ciencia”, ha resaltado Pope.

Cuando China, hasta entonces el principal mercado de marfil, dejó de promover el comercio doméstico de este material en 2018, la organización decidió abordar el que ha pasado a ser el reto principal para los elefantes: la coexistencia con la población humana que más rápido está creciendo a nivel mundial. En colaboración con socios de todo el continente, desarrollaron una “caja de herramientas” que ofrece una amplia gama de soluciones a las diversas amenazas que estos animales suponen para las comunidades locales. “Porque, al fin y al cabo, el futuro de los elefantes africanos vendrá dado por las personas que conviven con ellos”, ha argumentado Pope.

El CEO de la organización premiada ha recalcado que los elefantes son una pieza clave de la prosperidad en África, tanto por su papel ecológico como, también, porque constituyen un símbolo de la biodiversidad. “Los elefantes necesitan tener voz en el desarrollo de África, no como obstáculos sino como guardianes de ecosistemas de los que dependemos en el agua que bebemos y el aire que respiramos.  perdemos a los elefantes —y a la biodiversidad que vive bajo su paraguas—, son casi imposibles de recuperar. Cuando las especies se extinguen, se cierra una puerta para siempre. Los elefantes representan y defienden la vida salvaje. Cuando invertimos en ellos, invertimos directamente en lo salvaje. Los elefantes han encontrado su voz”, ha concluido Pope. “Ahora asegurémonos que el mundo les escucha”.

Difusión (Formatos Audiovisuales): José Ramón González Pan y Josefina Maestre

Educación y periodismo de calidad: las claves para hacer frente a los retos ambientales

El ahora jefe del Servicio de Publicaciones del Organismo Autónomo Parques Nacionales José Ramón González Pan ha resaltado en su discurso que proteger la biodiversidad no debería ser un asunto de unos pocos conservacionistas entusiastas. “La biodiversidad no se refiere solo a lo raro, escaso y endémico. Es en realidad el complejo tejido de seres vivos que crea la magia de la vida y su continuidad en este planeta. Nosotros somos biodiversidad. El futuro de la biodiversidad es el nuestro, nuestra evolución la suya, y nuestro equilibrio, su adecuada conservación a nuestro alrededor”, ha expuesto.

En su amplia carrera profesional, González Pan ha sido guionista y director de múltiples producciones audiovisuales con temáticas de educación ambiental. Entre ellas destaca la serie documental De parque en parque, un recorrido por los espacios naturales más emblemáticos del país realizado para Televisión Española. Tras sus inicios en 1981 como divulgador y monitor ambiental, en 1987 se convirtió en el primer director del Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM), donde fue uno de los pioneros en incorporar la educación ambiental en el sistema educativo español, diseñando y produciendo los primeros programas formativos con un enfoque transversal.

“La educación ambiental es el arma, la estrategia, y la herramienta fundamental para que seamos conscientes de dos cosas. De dónde vivimos, del entorno local donde estamos, […] pero también tenemos que abordar de una manera honesta y sensata el entorno global”, ha insistido. Además, ha abogado por utilizar “todos los medios y recursos” disponibles en la comunicación medioambiental, incorporando herramientas tecnológicas novedosas como la inteligencia artificial, para que estos mensajes “se cuelen en las casas, centros educativos y trabajo” de todas las personas.

Por su parte, la pionera de la información medioambiental Josefina Maestre ha hecho un alegato a favor del periodismo de calidad, defendiendo la importancia de los temas ambientales en una época en la que, ha argumentado, están asediados por fake news y desinformación: “Aunque cueste creerlo, hay valores del periodismo real que hay que redefender.¿Cuándo perdió una parte de la sociedad el concepto del derecho a la información veraz y rigurosa? Ahora, más que nunca, hace falta; cuando es más difícil contrastar y verificar las fuentes”.

Maestre dirige desde 2008 Reserva natural en Radio 5 (RNE), el programa radiofónico más veterano de emisión nacional dedicado al medio ambiente, que acaba de arrancar su 28ª temporada en las ondas, y cuya trayectoria ha repasado durante la ceremonia: “En Reserva Natural hemos contado con muchos profesionales que han sabido verdaderamente llevar a las personas que escuchan la radio esa belleza, ese sentimiento, esa emoción que producen los paisajes. Además vivimos en un país espléndido donde hay una variedad espectacular y también han sabido contar las amenazas que tiene esa biodiversidad de una forma muy divulgativa”.

La periodista galardonada ha señalado que “compartimos un tiempo histórico, en el que confluyen fenómenos ambientales de una envergadura difícilmente reseñable en otras épocas”, y por ello ha resaltado “la gran responsabilidad a la que nos lleva este panorama, que también nos une y que pesa menos cuando es compartida: cada profesional con sus cometidos desde su atalaya: periodistas y científicos, políticos y ecologistas, economistas, artistas o juristas”.

Difusión (resto de formatos): Mónica Fernández-Aceytuno y Carlos Fresneda

Cuidar la naturaleza a través de la palabra y de un periodismo de soluciones

Mónica Fernández-Aceytuno dejó su carrera como bióloga para dedicarse a la comunicación de la naturaleza. Empezó en 1991, en el programa Hoy por hoy, en la Cadena SER, con una sección diaria que llamó Parte Natural, en la que daba noticias de floraciones o migraciones animales, actualizaba el estado de la capa de ozono, y daba a escuchar los sonidos del bosque, campo y mar… “Pensé que la naturaleza tenía que ser como la meteorología. ¿Por qué decimos todos los días si va a llover y sin embargo no contamos si llegan los pájaros que duermen en el aire, que son los vencejos, o si los atunes están pasando por el estrecho?”, se ha preguntado en la ceremonia.

Posteriormente, escribió para periódicos como ABC, donde reivindicó el poder de la palabra escrita para volver a acercarnos al entorno natural que nos rodea. Esa idea derivó en la creación del Diccionario Aceytuno, un refugio para las palabras de la naturaleza poco utilizadas, que recogía de los marineros y los campesinos, un patrimonio léxico que la periodista equipara al artístico: “Este diccionario fue un impulso de guardar palabras que me contaban los marineros cuando me daban las noticias. Tenían un lenguaje tan rico que esas palabras me dejaban maravillada. Palabras que hemos perdido como maresía, que es el olor a mar, o charabasquear, que es el sonido que hacemos al andar entre las hojas, o aura, que es la brisa entre las ramas”.

“Acumular información, más allá del instinto, nos llevó a alejarnos de la naturaleza”, ha concluido. “Pero será también por las palabras, ese puente colgante, por donde regresemos a ella. Vemos más si sabemos nombrar”.

Carlos Fresneda, por su parte, ha comenzado con una serie de buenas noticias medioambientales que han marcado el tono de su discurso, en el que se ha centrado en transmitir un mensaje esperanzador: “En las escuelas de Periodismo se sigue enseñando aquello de ‘good news, no news’. No podemos ocultar que vivimos en uno de los momentos más oscuros de la reciente historia, pero tenemos que intentar ir más allá y explorar soluciones, vislumbrar tendencias, contar historias que sirvan de inspiración”.

El ahora corresponsal de El Mundo en París ha compaginado su labor de periodista en algunas de las ciudades más importantes de occidente (Londres, Nueva York, Milán) con el trabajo de corresponsal medioambiental. Precisamente, ha explicado que escribir sobre naturaleza ha supuesto para él una “bocanada de aire fresco”, que le ha impedido convertirse en un “triste notario del día a día”, y ha supuesto una forma de, “pese a los nubarrones en el horizonte, mantener viva la llama de la esperanza”. Además, ha subrayado que cuidar nuestro entorno es crucial para la totalidad de nuestra existencia: “El medio ambiente es ni más ni menos que la vida misma: el aire que respiramos, el agua que bebemos y el alimento que comemos”. El periodista ha recordado los aprendizajes de varios activistas y científicos que ha tenido la suerte de entrevistar a lo largo de su carrera, y fue recogiendo en su blog Ecohéroes, que más tarde publicó en forma de libro. “Es muy difícil reclamar espacio para el medio ambiente, salvo que ocurra un desastre, como los fuegos recientes en España o la dana, pero siempre hay un hueco que yo me he empeñado en querer llenar con un lado positivo, de soluciones”, ha recalcado, antes de concluir citando una frase de una entrevista que realizó a la primatóloga Jane Goodall, fallecida este año: “La esperanza es el indomable espíritu humano, esa capacidad para lograr lo que parece imposible y no rendirse hasta lograrlo”.

Sobre los Premios Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad

El desafío de preservar la biodiversidad a escala global es el gran reto ambiental de nuestro tiempo, junto con el cambio climático. En este contexto, desde hace dos décadas los Premios a la Conservación de la Biodiversidad de la Fundación BBVA reconocen la labor de personas y organizaciones que han logrado resultados relevantes y perdurables en la protección de la biodiversidad, así como de profesionales del mundo de la comunicación que difunden el mejor conocimiento científico e informan sobre la crisis ambiental para concienciar y sensibilizar a la sociedad ante este reto.

Cada una de las tres modalidades de actuaciones, en España, Latinoamérica y Mundo, está dotada con 250.000 euros, y las dos categorías de difusión y sensibilización, con 80.000 euros cada una de ellas, lo que sitúa a estos galardones entre los de mayor dotación económica a escala internacional en el ámbito del medio ambiente.

A lo largo de sus primeras 20 ediciones los Premios a la Conservación de la Biodiversidad han reconocido a un amplio abanico de entidades que han impulsado actuaciones eficaces en la defensa de la naturaleza, basadas en la evidencia científica: desde grandes organizaciones ecologistas, como WWF y SEO/Birdlife, y entidades públicas cuya labor pionera en España ha sido esencial en la defensa de la naturaleza, como el SEPRONA o la Fiscalía de Medio Ambiente, hasta asociaciones enfocadas a la preservación de especies específicas y sus ecosistemas, como el oso pardo, el quebrantahuesos, el lince ibérico, el águila imperial y las tortugas marinas en nuestro país; las mariposas monarca, los murciélagos, los anfibios o las ballenas australes en Latinoamérica; y el leopardo de las nieves en Asia, los elefantes, leones y otros grandes mamíferos en África, o los orangutanes de Indonesia en la categoría mundial de los galardones.

Al mismo tiempo, los premios de la Fundación BBVA han reconocido el papel fundamental que tienen los comunicadores ambientales a la hora de trasladar la protección de la naturaleza al primer plano de la actualidad, premiando tanto a periodistas especializados en medios de comunicación, como a divulgadores que difunden el conocimiento sobre la naturaleza a través de múltiples canales y formatos, desde la ilustración y la fotografía hasta la grabación de audio y el documental cinematográfico.

El jurado de los premios (ver composición más abajo) está integrado por investigadores científicos en el campo de las ciencias del medio ambiente y comunicadores ambientales, que representan ángulos complementarios en la conservación de la naturaleza.

Jurado

El jurado de esta edición ha estado presidido por Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA, y ha contado como vocales con Marta Coll, profesora de investigación en el Instituto de Ciencias del Mar, CSIC; José Luis Gallego, jefe de Medio Ambiente de El Confidencial; Silvia García, reportera especializada en Medio Ambiente de Antena 3 Noticias; Teresa Guerrero, responsable de la sección de Ciencia y Medio Ambiente de El Mundo; Ainhoa Magrach, profesora de investigación Ikerbasque del Basque Centre for Climate Change y presidenta de la AEET (Asociación Española de Ecología Terrestre); Eva Rodríguez Nieto, responsable de la sección de Medio Ambiente y Sociedad de la Agencia SINC; Anna Traveset, profesora de Investigación del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, CSIC-Universitat de les Iles Balears.